El melasma, también llamado cloasma o «paño», es una patología frecuente, benigna y adquirida que consiste en la aparición de manchas oscuras en la cara de forma simétrica y con bordes irregulares. Estas aparecen habitualmente en áreas expuestas al sol como la frente, mejillas, zona malar, labio superior y zona mandibular.

Es más frecuente en mujeres de edades medianas y en pieles de fototipos altos. No presenta síntomas molestos, pero es muy importante la afectación estética que produce. Ademñas, también da lugar a un daño estructural en la piel, entre los que podemos destacar:

  • Inestabilidad del melanocito y absorción desigual de melanina por parte de los queratinocitos que rodean al melanocito.
  • Menor producción de fibras de colágeno y elastina.
  • Función barrera debilitada, produciéndose una pérdida de agua transepidérmica y aumento de la sensibilidad.
  • Alteración de la microvascularización.

¿Cuál es la causa del melasma?

La causa exacta del melasma no es conocida, aunque se conocen bien sus factores agravantes como el embarazo, la exposición solar, la toma de anticonceptivos orales, aunque también puede haber un componente hereditario.

Por esto el abordaje del melasma debe ser multidisciplinar, y su objetivo es:

  • Reducir la inestabilidad del melanocito para disminuir la producción de melanina.
  • Lograr una distribución homogénea del pigmento.
  • Activar la función celular y aumentar la producción de colágeno y elastina.
  • Reforzar la función barrera.
  • Modular la microvascularización.