Son filtros físicos que reflejan la radiación solar impidiendo que penetre en la piel. Se trata de partículas sólidas de origen natural que actúan como auténticos escudos que repelen la radiación solar.

Sus principales ventajas son:

– Eficacia: son sustancias naturales que actúan fuera de la piel y no se absorben. Por lo tanto, al quedarse en la superficie, son capaces de reflejar y dispersar la radiación actuando como un escudo natural.

– Estabilidad: son fotoestables, es decir, no se degradan con la luz. Su efecto no disminuye con el tiempo.

– Suavidad: al no ser absorbidos por la piel, no la irritan ni provocan reacciones. Los protectores formulados con filtros minerales resultan muy adecuados para los niños menores de tres años y las personas con la piel sensible.

Si tienes la piel sensible asegúrate de que tu protector solar este formulado con filtros minerales.